s谩bado, 13 de agosto de 2016

Caracter铆sticas geol贸gicas y morfolog铆as singulares de la regi贸n del Alto As贸n (Cantabria)

 


La historia de la cordillera Cant谩brica parte de la 煤ltima orogenia alpina en la que se generaron otras grandes cadenas monta帽osas como las B茅ticas, Himalaya, etc., y las cordilleras menores de los Pirineos, serran铆a Central, Ib茅rica, etc. El conjunto de esfuerzos producidos por la corteza terrestre juega a largo plazo con la articulaci贸n de la zona Cant谩brica en grandes bloques rotos, unos hundidos y otros levantados, cuya disposici贸n ha tenido un papel importante en la evoluci贸n del territorio.

La apertura del Golfo de Vizcaya a finales del Jur谩sico, y principalmente en el Cret谩cico inferior, ocasion贸 la separaci贸n entre Iberia y Europa con un adelgazamiento y extensi贸n continental, form谩ndose fallas normales y el hundimiento de fosas tect贸nicas que se convirtieron en cuencas sedimentarias en la que se acumularon grandes espesores de sedimentos.

A finales del Cret谩cico, la regi贸n galaico-asturiana, que pr谩cticamente estaba emergida y sometida a un clima tropical, qued贸 casi totalmente aplanada; es decir, con relieves escasamente contrastados. Cantabria, que estaba sumergida en un mar igualmente c谩lido a lo largo de la mayor parte del Mesozoico, dentro del que se generaron numerosos arrecifes de coral, emergi贸 m谩s o menos r谩pidamente; de ese modo, los fondos de sedimentos carbonatados de la plataforma continental condicionaron un primer relieve con pocos contrastes altim茅tricos. Los arrecifes estaban separados por surcos a los que llegaban aportes sedimentarios terr铆genos fluviales y deltaicos; como el surco de Valnera-Soba –Bilbao, limitado al N por la plataforma o alto de Ramales con gran desarrollo de las calizas urgonianas.

En el Pale贸geno (entre 65 y 23 millones de a帽os antes del presente), el gran bloque cortical representado por Francia y sus fondos oce谩nicos experimentaron un movimiento hacia el S, es decir, presionando contra el bloque que contiene la fachada cant谩brica, como franja septentrional del bloque ib茅rico. 

Este proceso compresivo N-S oblig贸 a que la corteza se plegara y fragmentara. Adem谩s, se le a帽adi贸 otro movimiento lateral de componente hacia el NO, por la activaci贸n de fallas transformantes, como la de Bilbao y Avil茅s. 

Para complicar estos esfuerzos, la compresi贸n del oc茅ano Atl谩ntico en su historia de expansi贸n se superpuso a las anteriores.

Toda esta din谩mica compresiva, seguida de alguna etapa distensiva intercalada dentro del Terciario, promovi贸 la emersi贸n de las rocas sedimentarias calc谩reas y silicicl谩sticas sedimentarias en aquel mar tropical y su plegamiento y rotura, hasta entonces ordenadas mon贸tonamente en posici贸n horizontal. 

Los pliegues est谩n representados por flancos relativamente suavizados, con pendientes medias de 250, salvo cuando est谩n afectadas por fracturas importantes, circunstancia por la cual tienden a verticalizarse (caso de las rocas jur谩sicas del sector Ampuero-Ramales). Las roturas individualizaron bloques de gran magnitud, los cuales, de acuerdo con el diagrama de esfuerzos, segu铆an direcciones preferentes E-O y sus conjugadas NO-SE y NE-SO.

Con los sucesivos procesos de elevaci贸n del continente y estabilizaci贸n de la corteza se escalonan en el relieve hasta seis planicies de erosi贸n distintas (1.450 m, 1.200 m, 750 m, 550 m, 440 m y 325 m), la m谩s alta correspondiente a la m谩s antigua en el tiempo. 

Estas circunstancias tuvieron lugar durante un tiempo geol贸gico relativamente dilatado, muy probablemente a lo largo del Mioceno (hace alrededor de 22 millones de a帽os) en que imperaban condiciones de una cierta tranquilidad orog茅nica, es decir, sin la ocurrencia de terremotos ni grandes movimientos de bloques (fallas), pero con un proceso continuado de elevaci贸n continental por isostasia o epirogenia.

Despu茅s de aquellos eventos de m谩xima actividad tect贸nica, la evoluci贸n general de la corteza se ha caracterizado por etapas sucesivas de estabilidad seguidas de elevaciones lentas, pero continuadas hasta el momento actual. En definitiva, esta din谩mica cortical, caracterizada por una elevaci贸n m谩s o menos constante, supuso que la superficie de erosi贸n continental primitiva, cuya diferencia altitudinal original se situaba entre 0 m (en la costa) y unos 100-150 m en el interior, se elev贸 hasta una cota altim茅trica actual m谩xima de 1.450 m en la regi贸n (Flor y Mart铆nez, 2002). 

Esto no quita para que existan cumbres m谩s elevadas, que representar铆an cimas residuales de aquellos bloques rotos que experimentaron una mayor elevaci贸n en las primeras etapas de la construcci贸n de la cordillera.

Referencia 
Sociedad Espa帽ola de Espeleolog铆a y Ciencias del Karst
Bolet铆n 10
Septiembre 2014