Esta cavidad es la más occidental del Paquete y se abre sobre el salto producido por la falla de su nombre.
Situada en la misma base del escarpe, la cueva cuenta con tres bocas. Por la más baja entra el río que recorre toda la depresión.
La boca intermedia da paso. tras un techo bajo, a una gran sala, a la que accede también el conducto descendente que arranca de la mas elevada de las tres bocas.
La sala es atravesada por el rio, cuyo lecho esta formado sobre un suelo de gravas y cantos rodados. En el sector final de la sala, un ramal ascendente nos situa, remontando una pendiente de colada, en una nueva sala de dimensiones amplias, cubierta de bloques. Varios pozos de su parte baja comunican con la galeria activa. En la zona nas elevada hay una ventana inaccesible a causa de la fuerte pendiente de la pared. La travesia de un caos de bloques nos da paso a una segunda sala. Por una grieta en el techo se sube a una tercera sala. Desde aqui se llega a la cuarta y ultima sala, que termina en gateras y un caos de bloques.
Retomando la descripción en el final de la sala de entrada, la segunda posibilidad de continuidad la da la galeria activa, fuertemente descendente, por la que el rio recorre un lecho excavado en roca viva, formando en ocasiones marmitas y cascadas, que se mantienen hasta el comienzo de la Sala Final. Sus dimensiones son de 50 por 25 m. y lo más caracteristico son los taludes de bloques de la pared derecha, recubiertos de formaciones en el sector central, donde aparecen las estalactitas y estalagmitas mas espectaculares de la cavidad. Dos galerias parten del final de la sala. Por donde penetra el rio, a lo largo de un conducto bajo, de sección laminar y sentido descendente, en el que las aguas se pierden entre una maraña de palos arrastrados por las crecidas. La segunda galeria sale del SE de la Sala Final, con un escarpe a los pocos metros, requiriendo una escala para su descenso . En su base encontramos un pequeno regato que se pierde en un minúsculo tubo a presión. Poco despues volvemos a encontralo remontando una galería ascendente con formaciones litogenicas, que nos conduce a un caos de bloques, donde sopla una corriente de aire, pese a lo cual las posibilidades de atravesarlo parecen bastante remotas.
Referencias
Boletín Cántabro de Espeleología 5
Federación Cántabra de Espeleología
Santander 1984.