domingo, 6 de marzo de 2016

Travesía Cueto-Coventosa S.E.S.S. 1979













La sima del Cueto. situada en el macizo del Porracollna (Cantabria).
 
Fue descubierta en 1966 por Gerard Juhué (Speleo Club de Dijon). En ese mismo año, miembros del citado grupo, descienden hasta una profundidad de -370 m. y en la campaña del año siguiente, llegan a la base de los pozos (- 580 m.).

A partir de esta expedición y en campamentos anuales sucesivos. se va localizando una amplia red de galerías horizontales hasta alcanzar en 1970 el punto más bajo de la red (- 755 m.) y un desarrollo de 7,5 Km.
 
Es entonces, cuando este grupa dirige sus esfuerzo hacia la posible unión de esta cavidad con la Coventosa, con un desarrollo de más de 8 Km. Y solo separada por unos 800 m. en horizontal de las galerías del Cueto. Por en el verano del 1979 el S.C. de Dijón Junto con el S.C. de Paris, al descubrir unas nuevas galerías a partir del Trou Souffeur, consiguen la unión de dos cavidades, alcanzando un desarrollo total de más de 16 Km. y un desnivel de cerca de 800 m. Es a comienzos de 1979, cuando aun no se habla encontrado la comunicación, que S.E.S.S. toma especial interés por este objetivo y después de varias exploraciones a partir de Coventosa en busca de las jalarías de unión, que resultan totalmente infructuosas, se abandona por completo al proyecto.
 
Solamente después de tener noticia de que los grupos franceses han logrado su propósito, nos vemos movidos por la curiosidad y decidimos hacer la travesía, entrando por el Cueto y saliendo por Coventosa, siendo además la primera realizada por un equipo nacional.
 
Calculando que desde el Cueto sería más fácil la comunicación; en el mes de Noviembre, dos miembros de S.E.S.S., descienden por la sima y cuatro remontan el río de Coventosa quedando en encontrarse en el Trou Souffleur; después de veinte horas de espera, el equipo de Coventosa, sin tener noticias de sus compañeros, retroceden hasta el exterior para descansar y entrar en calor, mientras que los dos que se metieron por el Cueto, no logran encontrar el pozo de 18 m. que conduce a la galería de Navidad, y salen a la superficie a las veintiocho horas de haber entrado, con la luz de reserva y al borde del agotamiento.

Dejando el Cueto Instalado para un próximo asalto, intentamos conseguir algo de Información sobre los pasos más conflictivos, y fijamos como fecha de la nueva acometida el 8 de Diciembre.
En esta nueva y definitiva expedición, decidimos prescindir del equipo de apoyo de Coventosa y para ello abandonamos un bote neumático biplaza en las cercanías del Trou Souflleur, para poder descender el rio de esta cueva, en caso de lograr nuestro objetivo.
 
Salimos de Santander al mediodía del viernes 7, con todo el material necesario. El equipo esté formado por Vicente Manchado, Pedro Zubieta, Javier Jorde y Angel Alonso. Se trasporta una saca por persona, en las que además del equipo personal y material colectivo, se llevan unos 100 m. de cuerda en cuatro tramos y comida calculada para tres días y envasada Individualmente, además de dos cantimploras, que más tarde veríamos que harán insuficientes. Llegamos al anochecer a las cercanías de la sima y acondicionamos una cabaña para pasar la noche. Al día siguiente, acompañados por Juan C. Menendez y Pedro L. del Rio, caminamos con una fina lluvia hasta la boca de la sima, en donde nos pusimos el equipo y nos despedimos de nuestros compañeros que volvían a Santander.
 
Son las 13 h. del día 8, cuando Angel empieza a bajar el Gran Pozo de 317 m., al llegar primer fraccionamiento, lo hace Javier y así sucesivamente Pedro y Vicente. Es una vertical Impresionante de sección tubular, en la que distanciados por unos doscientos metros, nos podemos seguir viendo los cuatro, describiendo un aro luminoso alrededor nuestro. Dado que tenemos que bajar seiscientos metros verticales y la considerable profundidad de este primer pozo, llevamos dos descensores que cambiamos en cada fraccionamiento para no quemar la cuerda , ya que por el continuo rozamiento, alcanzaban temperaturas bastante peligrosas.
 
En la base del Gran Pozo, nos metemos por una gatera que comunica con el Pozo del Algodón, si sucesivamente, seguimos bajando por el Pozo del Péndulo, el de le Muleta y el de Juana de Arco, a partir del cual la sima se hace notablemente más estrecha y aparece el agua en forma de pequeñas cascadas que nos acompañan hasta el fondo de los pozos.

A las 17 h. 30' nos reunimos los cuatro en la base de los pozos y nos quitamos el equipo de vertical porque hay que andar bastante hasta encontrar otro paso en el que haya instalar cuerda. Subimos hacia la Galería del Chicarrón, con ayuda de una brújula, ya que en ocasiones perdíamos de vista las paredes, llegando a la Sala de las 11 horas Hasta aquí, el recorrido es realmente grandioso. La galería, extraordinariamente ancha, posee enormes bloques que tenemos que sortear como bien podemos.
 
Seguimos avanzando, y nos encontramos ahora en la Gran pedrera, que tiene sesenta metros de desnivel y una pendiente muy pronunciada, en la que se originaban pequeños aludes de piedra, con el consiguiente peligro para los que iban debajo. Un par de centenares de metros más allá y se encuentra El Oasis. Pocas veces se agradece tanto el encontrar agua en una cueva y por eso lleva este nombre. Allí y sujeto por un cordino, cuelga un recipiente de plástico justo en donde cae una preciosa gotera. Bebimos abundantemente y después de llenar nuestros carbureros y dos cantimploras, seguimos avanzando rápidamente.
 
Son las 21 h. 30' y encontramos el pozo de 18 m. que comunica con la Galería de Navidad. Se trata de una galería de dimensiones cómodas, ya que siendo mucho más estrecha que las anteriores, se pueden ver las dos paredes y controlar así todas las desviaciones posibles. Acabamos de comprobar con la brújula nuestro buen rumbo y continuamos avanzando por esta galería, que es sumamente seca, por lo que hay que racionar estrictamente el agua.
Son las 2 h. 30' del da 9 y decidimos dormir. Estamos muy cansados y surgen dudas sobre si vamos por el camino correcto, aunque no se haya localizado ninguna desviación Importante.

A las 9 h. 30' nos despertamos y comemos un poco, dada la falta de agua. después de recoger el equipo del vivac, proseguirnos por la tortuosa galería para pronto poder comprobar con alegría que vamos en buena dirección.

Se avanza rápidamente algo más de 1 Km. bajando un par de pozos de 16 m. y de 30 m. En el fondo de este último pozo, nos confundimos de galería y estamos unas tres horas, completamente perdidos, buscando una continuación por donde no podía haberla.
 
Por lo menos, hemos encontrado agua y nos hemos vuelto a aprovisionar e retrocede hasta la base del pozo de 30m. allí comprobamos la existencia de otra galería por la que continuamos. Son las 15 h. Y llegamos a la Sala de la Unión. Este es el punto que se considera intermedio de las dos cavidades y sabemos que a partir de ahora hay un auténtico laberinto para llegar a la red conocida de Coventosa.

Subimos el pozo de la Unión por la cuerda ya existente y nos volvemos a perder sin encontrar continuación alguna. No hemos comido nada desde que nos levantamos, ni tenemos ganas de ello. Vamos mal de tiempo, escasea el carburo y estamos a más de veinte horas, eso sin dormir, de la única salida conocida. Se discute la posibilidad de retroceder y salir por el Cueto, y de no encontrar el Trou Souffleur, ponemos como plazo para esta actitud las 2 h. del día 10. Pasamos un par de horas buscando y encontramos un estrecho pasadizo y una pendiente, instalada con un cordlno. llegamos a una pequeña sala en la que se puede coger agua mientras que Javier y Pedro comen y recogen agua, Angel y Vicente, continúan sin peso la exploración para volver a los veinte minutos diciendo que es por donde han ido. Por este método y avanzando por equipos, alternativamente, se logra descansar y a la vez seguir explorando. Las galerías empiezan a hacerse muy estrechas e incómodas.
 
Después hay un largo recorrido en diaclasa, en donde se pone a prueba todos los conocimientos de la técnica de oposición.
Al cabo de unos 400 m. son las 22 h. y no encontramos por donde seguir. Según el croquis que llevamos, tenemos que estar a pocos metros del Agujero Soplador, sin embargo, no vemos continuación alguna.
Encontramos una pequeña gatera descendente por la que nos metemos y a los pocos metros, podemos observar una fuerte corriente de aire que se hace más potente a medida que avanzamos. Por fin a las 23 h. 30' se encuentra un pozo muy estrecho con una anilla en la cabecera para poder bajar en doblada y por el que se nota una fortísima corriente de aire. Baja Javier con grandes problemas por la estrechez del pozo y al llegar abajo nos grita que es el Agujero Soplador y que ya estamos en sitio conocido. Dado lo estrecho del agujero y avisados por Javier, bajamos sin equipo alguno, descolgándonos con las manos. Solamente llevábamos el frontal eléctrico. En ocasiones hay que quitarse el casco para ponerle de perfil y poder así seguir bajando, además de pisar las sacas por debajo nuestro.
 
Una vez en la ya familiar Galería Arcillosa de Coventosa, y conociendo perfectamente el camino hasta la salida, desaparece la tensión nerviosa pero se hace patente un peligroso cansancio cuando aún quedan más de 2 Km. de dificultoso recorrido.
 
Al llegar al Mare, encontramos el bote neumático dejado allí la semana anterior, y comprobamos el nivel del agua nos permite pasar este pequeño lago, haciendo un pasamanos, sin necesidad de hinchar el bote. Descendiendo un desnivel de 10 m. en delicada destrepada, se encuentra la Galería de los Lagos, en la que hinchamos el bote para empezar a dar numerosos viajes entre las orillas, ya que el bote era biplaza y nosotros, cuatro con las respectivas sacas. Vamos lentos y muy cansados, con movimientos torpes que se acentuaban peligrosamente en los pasos difíciles. Por fin a las 4 h. 30' llegamos al vivac; habiendo utilizado 5 horas para llegar desde el Mare hasta aquí, en donde normalmente se utiliza una y media. Rápidamente sin comer nada apenas, nos metemos en los sacos quedando profundamente dormidos.

Son las 10 h. cuando nos levantamos y después de recoger todo, empezamos en ascenso de las rampas, llegando a las 13 h. al exterior, con un tiempo y un paisaje espléndidos, habiendo permanecido en al interior da la red, durante cuarenta y ocho horas.

Una travesia historica.

Referencia 
Noroeste I
Federacion Noroeste de Espeleologia
1981