Introducción
El objetivo prioritario que el equipo de trabajo se marcó, tanto durante los trabajos de campo, como en las jornadas de estudio de materiales y datos, fue básicamente disfrutar con la investigación. Si de forma subsidiaria se ha conseguido aportar datos nuevos o llegar a algunas conclusiones sobre la adaptación humana a un paisaje concreto, ha sido un efecto colateral.
Por otra parte disfrutar con una investigación de este tipo en un paisaje como el que ofrece aún el valle del Nansa, y con un grupo de amigos bien avenidos, no resulta difícil. Más difícil ha sido conseguir exponer la información obtenida de forma sistemática.
En este trabajo se ha querido priorizar desde el principio la información arqueológica sobre los resultados derivados de su análisis. El valor de la información consiste en que, en gran medida, procede de yacimientos nuevos para la ciencia, conocidos gracias precisamente a este proyecto.
La prospección de este territorio se ha llevado a cabo dentro de un proyecto de Revisión del Inventario Arqueológico de Cantabria, financiado por la Consejería de Cultural, Turismo y Deportes del Gobierno de Cantabria.
El carácter de nuevas localizaciones de buena parte de las series conlleva que, en muchos casos sus series materiales son exiguas, bien porque están tan excelentemente conservados que sus restos casi no son visibles, bien porque su conservación es tan deficiente que sólo aparecen evidencias marginales, como por ejemplo muchos concheros mesolíticos, cuyos restos aparecen cementados en las paredes y techos de las cuevas.
En relación con esa prioridad se ha reservado la mayor parte del espacio a ofrecer las fichas de yacimientos, junto a sus plantas y al dibujo o fotografía de sus materiales. En cuanto al análisis es muy sencillo en la mayor parte de las ocasiones. Para dotar al estudio de un marco de interpretación se ofrece en los primeros capítulos, un estudio del medio ambiente, en la medida en que será el interlocutor continuo de las culturas humanas, y de un estudio de la historiografía, es decir, del proceso de conocimiento, llevado a cabo desde comienzos del siglo pasado.
Este libro es sólo un escalón más de un proyecto que los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P. llevan desarrollando desde hace un par de décadas. Como fruto de esta colaboración se ha sistematizado el registro arqueológico del valle de Camargo, Piélagos, Matienzo y del valle del Asón en su conjunto, además de la cuenca Nansa, presentada aquí. Actualmente se trabaja ya con la información disponible para estudiar el valle del Miera. Creemos que su principal aportación no será ciertamente divertir al lector, sino dejar impreso, con la mayor fidelidad posible, un registro cultural que, casi de forma milagrosa, ha llegado a nuestras manos y que nos habla, en el extraño lenguaje de las cosas, de la vida de la gente que ocupó nuestra Región antes que nosotros.
BAR International Series 2134
2010
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