miércoles, 25 de marzo de 2015

Historia de las exploraciones en La Torca del Mortero (Santander)


Parte sudoeste de la provincia de Santander, se haya enclavado el valle de Soba, rodeado de altas montañas, cuyas alturas oscilan entre 600 y 1.000 m., y casi en el límite con la provincia de Burgos.

Dentro de él se levanta Astrana, un pintoresco pueblecito de la Montaña de no más de 150 habitantes. A unos quinientos metros de este pueblo, y dentro ya del grandioso macizo calcáreo de Peñas Rocías, Mazo Chico y Mazo Grande, se abre la impresionante boca de la "Torca" del Mortero, donde se ha llevado a cabo, a lo largo de cuatro años, una de las aventuras espeleológicas más interesantes de España.

La boca de esta sima, situada a 770 m. de altitud sobre el nivel del mar, es un gran pozo de 130 m. de profundidad, de forma semejante a una elipse, cuyo eje mayor de dirección N-S. tiene aproximadamente 211 m y el eje menor de dirección E-W. unos 110 m.
Estos 130 m. de profundidad se salvan mediante la utilización de una serie de rampas naturales superpuestas, siendo necesario solamente el uso de pasamanos y unos 20 m. de escala.

Este pozo da paso a un gran caos de bloques de unos 130 m. por 90, abriéndose en la pared de esta gran sala un estrecho paso, por el que sopla una fuerte corriente de aire. A partir de aquí sigue una galería descendente de suave desnivel, con algunos saltos en los que es necesario emplear tramos de escala. Hacia la mitad del recorrido de esta galería, en el lugar conocido con el nombre de "El comedor", se precipita por el techo una cascada de agua que seguirá su recorrido por la galería hasta el gran pozo vertical de -220 m. en el que se sume con gran estruendo.

 Esta parte de la galería recorrida por el rio, presenta innumerables marmitas de limpias y profundas aguas, siendo aquí imprescindible el uso de botes neumáticos.

La "Torca" del Mortero era conocida y gozaba de gran fama desde antiguo entre los habitantes del Valle de Soba. En la En el verano de 1961, el Spéléo Club, de Dijon, dirigido por M. Bernard de Loriol, se decidió a comenzar la exploración de esta sima. 

Esta fue realizada conjuntamente con el campamento Espeleológico que el Frente de Juventudes tenía instalado en Ramales bajo la dirección de Matías Rubio Rivas, primer organizador de los grupos espeleológicos juveniles de la O.J.E. Se llevo a cabo el día 6 de agosto y duró unas diez horas, en las que se consiguió alcanzar la llamada galería de Las Marmitas en la cota de -200 m. 

Se suspendió aquí la exploración debido a la premura del tiempo y escasez de material, pero se habían confirmado ya las enormes posibilidades de esta sima.

Y llega el verano de 1962. Los espeleólogos hispano-franceses, que en número de doce toman parte en la exploración de este año, pertenecen a la Socité Spéléologique de Bourgogne de reciente creación y dirigidos por el presidente de la misma, M. Bernard de Loriol, que ya el año anterior habita tomado parte como director del Spéléo Club de Dijon. Los españoles son participantes del campamento Espeleológico de Ramales dirigidos por Matías Rubio. Esta vez la explorando duró 61 horas, alcanzándose la cota de -410 m. correspondiente a la boca del gran pozo cuyo sondeo dio 150 m. de profundidad mínima en vertical absoluta.  Ante este obstáculo nunca imaginado, los espeleólogos se vieron forzados abandonar este año la expedición por falta de material adecuado para vencerlo.

Se efectuó una coloración de las aguas a base de fluoresceína, con el fin de comprobar las surgercias de las mismas. Estas aparecieron teñidas de verde, setenta días más tarde, en Fuente Iseña (Ramales), situada a 8 kms. a vuelo de pájaro del Mortero, y salvando un desnivel entre la superficie de la "torca" y la surgencia, de unos 690 m.

Durante e! invierno de 1962 a 1963, se organiza con todo lujo de detalles, la exploración que se habría de realizar en el verano de 1963. El material es preparado minuciosamente; torno, más de 150 m. de cable antitorsión, escalas, cuerdas de nylon, tiendas climatizadas, raciones "K" de alimentación, teléfonos, etc. En total, varias toneladas de material
Este año organiza la expedición la Delegación Nacional de Juventudes, bajo la dirección de Matías Rubio, veterano ya en el Mortero. 

La Societé Spéléologique de Bourgogne, al mando de M. B. de Loriol y un nuevo equipo, el Spéléo Club de París. dirigido por Max Coudec. En total unos 25 espeleólogos.

Se cuenta con "Jeeps" para el transporte del material desde Astrana al campamento. Una emisora cedida por la Guardia Civil, enlaza el canpamento con Santander, trasmitiendo diariamente varios partes meteorológicos, a la vez que se mantiene informada a la opinión pública sobre el desarrollo de la expedición.

Mientras se prepara todo el material, se instala el teléfono, torno, cuerdas, etc.; varios equipos exploran aquellos fenómenos que pudieran tener relación con El Mortero. El resultado es negativo, pero estos equipos han conseguido localizar y bajar varias simas, algunas de gran profundidad.

El 4 de agosto la exploración comenzó el día 1- un grupo de seis hombres, tres españoles y tres franceses, hacen un primer intento de bajar al pozo. Se consigue descesder 100 m. en vertical por escala, pero el agua que cae, forma una fina lluvia, que apaga el carburo y moja la batería eléctrica del hombre de punta, calándole "hasta los huesos", por lo que se desiste de seguir bajando hasta el día siguiente, ya con equipos especiales contra el agua.

Este día entran siete hombres; cuatro franceses: Roger, Blanc y los hermanos Desocne. Los españoles son: Begines, Colón y Cabarga. 'Todo está preparado para el descenso definitivo.

El parte meteorológico predice una gran tormenta. No obstante. el equipo penetra en la "torea". Mientras en el exterior ha comenzado a llover torrencialmente, los espeleólogos han llegado ya al borde del pozo, donde instalan un campamento. La crecida se comienza a notar en el rio, que rompe con gran ruido en el fondo de la sima. Los españoles que tenían órdenes de abandonar la sima, alcanzan la salida cuando ya la crecida del río hacía imposible todo trabajo. Cuatro hombres, pertenecientes a la Societé de Bourgogne, han quedado bloqueados por las aguas en la plataforma al borde de la sima. 

Tienen comida abundante, tiendas de campaña, cocinas de gas, y teléfono que les mantiene en contacto con el exterior. Así pasan las horas, mientras se espera con inquietud el descenso del nivel de las aguas. Por fin, al cabo de 56 horas, el río desciende un poco de nivel, y un equipo de rescate, al mando de M. Rubio y M. Coudec, logra llegar, venciendo grandes dificultades, hasta los cuatro hombres, que son de nuevo vueltos a la superficie. Pese a que el nivel del río ha descendido algo, es una temeridad intentar atacar la vertical. Se aprovechan los dos últimos días para recuperas todo el material que se haya salvado de la inundación. Así terminó la expedición "Mortero 1963".

A mediados de julio del pasado año 1964, las entidades anteriormente citadas, salvo el Spéleo Club de París, se reúnen de nuevo en la boca del Mortero, para realizar la cuarta expedición, que esta vez ha de ser la definitiva.

Todas las incógnitas del año anterior están resueltas. Solo queda la gran sima. Los primeros días se dedican al montaje del torno y campamento al pie de ella. El teléfono une este campamento otro situado en la cornisa de la entrada y con de superficie.

Cuatro hombres se preparan para el descenso Matías Rubio, jefe del equipo español, Murillo. y los franceses Philippe y Dezinot. Comienza el descenso M. Rubio con 150 m. de cable, pero se acaban estos y la vertical sigue. Se improvisan empalmes y, por fin, se pone pie en el fondo a los -220 m., sobre un gran caos de bloques, donde se reúnen los tres miembros restantes del equipo punta.

Este equipo permanece en el fondo explorando y tipografiando varias galerías radiales. Una de ellas por la que corren tres ríos, uniéndose más tarde dos de ellos y desapareciendo entre un caos de bloques fue explorada en 95 metros de longitud, teniendo unos 35 de ancho. La premura del tiempo obliga a este equipo a abandonar la exploración. 

La subida se realiza sin novedad y después de recogido el material se da por terminada la exploración "Mortero 1964". La victoria ha sido conseguida pero aún quedan varias incógnitas. En el fondo del pozo hay varias galerías sin recorrer, varios kilómetros del curso del río son desconocidos. El sifón terminal de la surgencia de Fuente Iseña no ha sido aún forzado, en superficie restan, varias simas cuya comunicación con el sistema hidrológico del Mortero es muy posible.

De todas maneras la exploración del Mortero ha constituido un gran éxito, y los enormes esfuerzos llevados a cabo para su realización han sido justamente premiados con el descubrimiento y la casi total exploración de la cavidad.

Los datos topográficos que aparecen en este artículo están tomados del plano levantado por B. de Loriol, M. Rubio, M. Carrión, M. Blanc, P. Plancon y M. Thiebaud, si bien este es provisional. Todos los demás datos están tomados de los artículos aparecidos en los siguientes periódicos y revistas: "Actualidad Española", de fechas 15 de noviembre de 1962 y 22 de agosto de 1963, firmados ambos por M. Rubio; "Alerta", de Santander, de fechas correspondientes a las de las exportaciones; "Informaciones", de Madrid, de fecha 19 de septiembre de 1964.

Bibliografia
Cuadernos de Espeleología 1
Publicaciones del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander
1965