Presentación: El puñado de alevines de espeleólogo que, en el año 1975, comenzaba lo que quería ser un estudio sistemático de todas las cavidades de Rasines, no se imaginaba siquiera las posibilidades reales que la zona escogida ofrecía. El tiempo se ha encargado de desvelar una realidad apenas vislumbrada bajo una superficie recubierta por materiales que, en su mayor parte, no son karstificables. Durante todo ese tiempo, este grupo ha contado con la colaboración de muchos amigos, que han compartido con nosotros los buenos momentos y otros que no han sido tan buenos; entre todos ellos, cabe destacar a los compañeros de la SC-MJC de Rodez, junto a quienes hemos visto crecer la Red del Silencio.
Desde aquellos primeros tiempos en los que se acampaba en la plaza toros de Los Mártires, varias mudanzas, obligadas por diferentes circunstancias -incluso se nos derruyó encima un campanario-, nos han permitido vivir y convivir en diferentes barrios y pedanías; así, hemos pasado por Cereceda. Rasines, Casavieja y Ojébar. En todo este tiempo, los lugareños, que al principio asistían perplejos al espectáculo de unos jóvenes urbanitas que, con extraña parafernalia, se introducían en las torcas ante sus ojos, se han acostumbrado a la presencia de "los torqueros", nombre que nos hemos ganado en la zona. Tras tantos años a vueltas por allí, todavía muchos se preguntaran qué buscamos bajo tierra, en cavernas que habían estado ahí "toda la vida" sin que nunca hasta entonces mereciesen atención de propios o extraños, también son muchos los que se asombran de que sea la curiosidad el motor que nos guía en nuestra búsqueda.
Con la publicación de este volumen tratamos de reflejar, de la forma más completa posible, todo lo que de este karst nos ha sido mostrado, intentando plasmar en él un trabajo que se desarrolló, semana tras semana, entre 1976 y 1986 y que se completó entre 1990 y 1993. No obstante, en la actualidad, continuamos realizando esporádicas exploraciones en la zona, intentando desvelar alguno de los misterios que todavía guarda el subsuelo de Rasines.
Hoy en día, este municipio es muy conocido en el medio espeleológico; la magnitud de algunas de las cavidades que hemos explorado y unas operaciones de socorro, excesivamente frecuentes, le han otorgado una fama que ha precedido a la publicación de un trabajo sobre la zona, por eso ya son muchos los espeleólogos que han sentido la Ilamada de sus cuevas y simas. En lo que a nosotros respecta, podemos decir que en este karst se ha forjado lo que nuestro grupo es actualmente, aprendiendo un poco de todos aquéllos con quienes hemos compartido las exploraciones. Asimismo, en estas torcas ha madurado una concepción de la práctica espeleológica que, más tarde, hemos aplicado en otros macizos. En definitiva, Rasines, para nosotros tan especial, ha dejado un grato e indeleble recuerdo en la memoria colectiva del grupo, de forma que nunca olvidaremos las largas horas bajo tierra, ni sus paisajes, ni a sus gentes.
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