Las dos bocas de la cavidad, fácilmente reconocibles siguiendo el sonido del aporte que por ellas se sume. La más usada ha Sido la boca central, cubierta casi todo el año por una densa maraña de ortigas. Provisto de los Utensilios de jardinería limpiaremos la boca, bajando una corta rampa que nos conduce a la galería de entrada. En este punto nos encontramos con el aporte que viene de la ladera de la dolina, siendo visible otra de las bocas de la cavidad. Entre ambas todo tipo de utensilios, desde cazuelas hasta jaulas, pasando por alguna herradura.
Pasando bajo la cascada, superamos un paso estrecho y gateamos por el rio hasta que se hace impenetrable. Unos metros más atrás se habilito un paso moviendo unos bloques. Se trata de una gatera con agua y barro de muy dudoso aspecto con alguna que otra contorsión es factible pasar sin mancharse demasiado. Es posible evitar este paso si entramos por la tercera boca del sistema, una gatera abierta en la ladera de la dolina, que nos deja unos metros más adelante de esta gatera.
Entramos así en la galería principal, un meandro con marmitas de metro y medio de altura por unos tres de anchura. El centenar de metros topografiados sigue esta tónica, hasta un punto
Donde la anchura se reduce hasta dimensiones más o menos humanas. Con alguna que otra dificultad podemos arrastrarnos más de cien metros, siguiendo el agua.
La exploración se ha de continuar a partir de una estrechez, no muy difícil de superar.
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