Realizando una descripción somera de la cavidad y comenzando por la entrada superior, esta se abre 4 metros por encima de la carretera en forma de orificio de 0.5 x 0.5 m. conduciendo directamente, tras un salto de 4 metros, a una galería de 8 metros de ancho por otros tantos de alto, de morfología clástica, y cuyo eje principal presenta una orientación norte a sur. En esta última dirección, y tras 75 metros, se alcanza un desfonde de 6 metros que da acceso a una galería inferior abierta en el mismo sentido que la anterior.
Siguiendo hacia el sur se llega al final de esta galería, al cruzarse con una diaclasa ortogonal, lo que provoca que se abra un pozo de 14 metros, en cuya base se encuentra un sifón formado por un río que viniendo del norte puede ser, además del origen de todas las galerías abiertas en este sector, el mismo que discurre por el interior de la cercana Cubillo de las Cuevas.
En el extremo norte de esta galería se encuentra el punto de unión con el Cubillos la Anjana. Esta cavidad conduce rápidamente al exterior a través de una cómoda galería de 50 metros apareciendo unos metros por encima del cauce del río Miera.
Tanto desde el punto del sifón, como desde la base del pozo de 6 metros se abren las galerías (o galería) principal.
A apenas 30 metros del sifón y en la dirección 255º oeste, en la que discurren la mayoría de galerías del sistema, se alcanza un nuevo sifón formado por el río Averones.
Este baja “encajado” en una galería de 1-2 metros de ancho por 20 de alto, abierta en sus primeros 300 metros a favor de una diaclasa, hasta alcanzar un pequeño salto de agua, a partir del cual la sección se amplía (hasta los tres metros de anchura) aprovechando que el río circula, a partir de aquí prácticamente hasta su final, a favor de las juntas de estratificación, observándose con claridad cómo el río desciende con una inclinación constante que se corresponde con la del buzamiento de los estratos(aproximadamente 5-10º). Durante otros 300 metros se suceden pequeños saltos de agua, detectándose a medio camino un aporte que procedente del norte resulta espectacular en momentos de crecida ya que llega a cerrar en forma de cortina de agua la totalidad de la sección de la galería.
Sobre este aporte recaen las sospechas de que pueda ser el río San Roque, pero en este momento de la exploración es un dato aun sin confirmar.
El final de este tramo lo marca un apreciable aumento de la altura de la galería, ya que coincide con el punto de unión con la galería fósil superior que procedente de la base del pozo de 6 metros viene a dar a este lugar por medio de un salto de 14 metros.
A esta galería superior se accede tomando como referencia la galería de entrada bien desde la misma base del pozo de 6 metros y ascendiendo por los bloques que se encuentran justo enfrente, o bien tomando a 40 metros al sur y al final del laminador el conducto ascendente que se abre en dirección oeste.
Esta galería fósil superior presenta una morfología prácticamente constante sección de 2 por 4 metros, aproximadamente, y suelo arenoso únicamente interrumpida por la presencia de algunos bloques, y por hallarse atravesada en un punto por un curso de agua de procedencia incierta y que mantiene su caudal durante todo el año.
A ambos lados de esta galería se abren sendas laterales que llegan a alcanzar más de 400 metros de desarrollo cada una.
Alcanzado el pozo de 14 metros y una vez en el río, éste discurre en algunos tramos de manera visible, en otros de forma oculta y en otros por galerías inferiores de difícil o imposible acceso.
La galería se encuentra “salpicada” de caos de bloques puntuales,abriéndose precisamente sobre uno de ellos la galería que da acceso al sector del río San Roque.
Esta tónica se mantiene durante 600 metros hasta dar con un tramo de galería semianegada que coincide con un punto en el que se puede acceder a un nuevo tramo galería fósil superior hacia la izquierda en el sentido de marcha ascendente.
La morfología de esta nueva galería clástica y de amplias dimensiones tiene una relación directa con la estructura geológica del exterior, ya que se corresponde en planta con la entrada en la depresión de la Ballosera.
La galería semianegada conduce inevitablemente, 100 metros más adelante y tras ascender entre grandes bloques, a la misma galería fósil superior, el cual finaliza 80 metros más adelante en un pozo de 9 metros que da acceso nuevamente al río.
A partir de este punto y hasta el final de la cavidad, se puede considerar que existen dos tramos de galería diferenciada.
El primero de unos 400 metros de longitud se caracteriza por ser un conducto en el que el río se hace visible en unos pocos lugares, ya que circula normalmente unos metros por debajo, bien entre los grandes bloques, o bien por galerías de difícil o imposible acceso.
La sección es bastante regular tres metros de ancho por otros tantos de alta, de media estando tapizado el suelo por bloques de mediano tamaño y manteniéndose continuamente en el techo la presencia clara de un estrato en el que se observa perfectamente el buzamiento.
El segundo de los tramos, de 350 metros de longitud, se caracteriza por ser la galería con mayores dimensiones de toda la cavidad.
La morfología de esta zona está estrechamente relacionada con la geografía exterior, ya que se corresponde en planta con el recorrido bajo la depresión del Hoyo Cantal. Es por ello que la sección de esta galería con unas dimensiones medias de 10 metros de ancho por 15-20 de alto- se encuentra sembrada de grandes bloques (en algunos de los cuales parecen observarse espejos de falla...) que llegan a bloquear la sección casi en su totalidad, o totalmente, como ocurre al final, donde éstos impiden cualquier intento de progresión.
Como es fácil de prever, en todo este tramo el río únicamente se hace visible en algún punto aislado que coincide con la parte inferior de los enormes conos de derrubios existentes.
Es precisamente la existencia de estos conos (hasta tres) lo que condiciona que en el desarrollo de la galería se sucedan continuos desniveles y se formen salas de aspecto tan peculiar como la llamada Sala de la Pirámide, que muestra una bóveda con la forma de esta figura geométrica, como consecuencia del desprendimiento de bloques sucesivos estratos.
Al comienzo del tercer cono de derrubios que pone fin al desarrollo de la cavidad- se puede acceder, a través de los bloques y tras un salto de 3 metros, al cauce del río.
A partir de aquí se progresan 80 metros más, por un lugar en el que se acumulan en el techo enormes bloques amenazantes, alcanzando finalmente el punto por donde “asoma” el agua cruzando un pequeño e inestable paso entre bloques que aun no se ha intentado forzar para continuar con la posible progresión...
Al sector del río San Roque se accede ascendiendo por uno de los caos de bloques que se encuentran sobre el río Averones.
Un pasamanos permite alcanzar una ventana que abre el camino a está interesante zona de la cavidad.
Superado el pasamanos, una escalada de 6 metros conduce a la denominada “diaclasa intermedia”.
Esta galería de 300 metros de desarrollo sigue una orientación aproximada Sur-Norte haciendo de puente entre los ríos Averones y San Roque. En los últimos 40 metros, ya en las proximidades Del San Roque, la sección de la galería se hace tubular y presenta el aspecto de ser un tramo sifonante al introducirse las aguas del San Roque en los momentos de crecida. En el trayecto de esta diaclasa intermedia parten una serie de laterales que siguiendo la dirección
Este se corresponden con otras que parten del sector de los Averones pero que no llegan a comunicarse por una decena de metros.
La galería del río San Roque, de 1,5 metros de ancho por 15 de alto, está abierta a favor de una diaclasa de orientación Este-Oeste.
Hacia el Oeste, es decir, aguas arriba, es posible recorrer, aproximadamente, 350 metros hasta alcanzar un caos de bloques, por el momento infranqueable, donde circula una fuerte corriente de aire.
En el trayecto se suceden varios puntuales derrumbes que se sortean fácilmente por medio de cómodas escaladas. Una sala tapizada por coladas estalagmíticas y otra provocada por un derrumbe, son dos puntos en los cuales es previsible que se puedan abrir galerías en su parte superior.
En este tramo del río, en la zona alta de la galería se pueden ver depósitos de guano, con lo cual, y dado que es el único lugar de la cavidad en el que se ha detectado la presencia de murciélagos -aunque tales sedimentos no sean recientes es bastante probable que exista o por lo menos que haya existido otra entrada al sistema.
En dirección este, o lo que es lo mismo, aguas abajo el río se encañona y desciende sorteando pequeños y frecuentes desniveles. Las pozas se suceden y el ambiente que se respira es bastante acuático, hasta alcanzar el punto en el que la totalidad del San Roque se precipita por un “agujero” de 12 metros de profundidad y de 1 metro de ancho por 2 de largo.
Este impresionante salto de agua se encuentra aun pendiente de ser descendido. Antes de alcanzar este punto cabe destacar la presencia de un orificio que alcanza el río San Roque por su flanco oriental, y por la que surge un potente chorro de aire el cual es, por el momento, impenetrable.
Por otro lado, unos metros más abajo y en medio de la pozo más larga y profunda es posible ascender unos metros hasta alcanzar un nivel superior de galerías. Estas hacia el Oeste conducen al río bautizado como “San Roquechu” (que ya antes hace acto de presencia aportando sus aguas al San Roque) que siguiéndolo aguas arriba durante 150 metros alcanza una ventana colgada a tres metros por la que brotan las aguas acompañadas por una fuerte corriente de aire. En dirección Este se abre en este nivel superior un entramado de galerías de considerable sección (8 – 10 metros de anchura) en las que proliferan los bloques y variadas formas de reconstrucción.
Volviendo al San Roque en el punto donde se precipita en cascada, la galería continúa al frente.
En este nuevo tramo destacan los numerosos aportes que proceden del Norte arrastrando abundantes cantos rodados de arenisca de tamaño decimétrico, llegando éstos a tapizar en algunos puntos toda la sección de la galería.
En Los metros finales proliferan las chimeneas de altura incierta y similares a las que se pueden observar en la cercana y ya conocida cavidad del Cubillo de las Cuevas.
30 metros, aproximadamente,separan por el momento a estas dos cavidades. Tapones de lodo y piedras son los elementos que se interponen entre ellas. Por último, 40 metros antes del final de la galería una gatera aspirante de aire se transforma después de 25 metros de penoso desarrollo en dirección Sur en una fisura impenetrable por la que se fuga todo el aire impidiendo alcanzar las probables galerías que se abren por debajo de ella.